viernes, 11 de diciembre de 2015

Californication: Final

Acabo de ver el último capítulo de una de las series que más me han enganchado en los últimos años:Californication. Por supuesto, hay SPOILERS!

Esta séptima temporada (y última) la he encontrado bastante más floja de lo habitual. Creo que trataban de darle una vuelta de tuerca final al personaje de Hank Moody, preparándolo para su inminente final. La inclusión de su hijo desconocido le ha dado un aire fresco, sobre todo la interacción de ambos, que nada tienen que ver el uno con el otro. El hecho de que buscara ese nuevo trabajo como guionista de una serie de televisión crea la sensación de que el protagonista ha cerrado un círculo, después de haberlo visto deambular por el mundo de la literatura, las biografías, la música, e incluso la enseñanza. El guiño a que le aconsejen escribir su propia historia para una serie de televisión, es bastante simpático. Y el regreso de su hija Becca en los dos capítulos finales me ha encantado, se le echaba de menos.
La relación de su amigo Charlie Runkle y su esposa Marcy sigue siendo genial, enfermiza y desternillante. Llegando en esta temporada a nuevas cotas de bizarrismo. Karen cada vez me cae peor, no me es posible empatizar con una mujer con una doble moral tan marcada, lo lamento. También hay apariciones de otros personajes de anteriores temporadas, como Eddie Nero, el actor pirado que interpreta Rob Lowe.
Lo que me ha descolocado mucho es ese intento de que Hank se intentara redimir, que fuera perdiendo su esencia en pro de conseguir lo que, en la mayor parte de la serie al menos, parecía buscar: estar con Karen. El final, con ambos en el avión hacia Nueva York, donde Becca se iba a casar, más que un alivio porque Hank vaya a tener un final feliz (al menos se deduce eso), me ha creado una extraña sensación. Han hecho que el protagonista deje parte de su esencia allí en Los Ángeles para subir en ese vuelo hacia "lo correcto". Quizás es mi percepción, pero pienso que nuestros errores, manías y taras nos definen tanto como nuestros aciertos y virtudes. Y a ciertas edades (como la de Hank o yo mismo), debemos aprender a aceptar todo ello, lo que somos. Siempre he pensado que cambiar por alguien es dejar de ser tú mismo, y de este modo, esa persona no es merecedora de tu compañía. En fin, manías mías, supongo.
Final agridulce en definitiva para uno de los personajes que me han acompañado desde 2007 y que más me han hecho reír... y también llorar. Te echaré de menos Moody, cabronaaaazo...

Aquí la reseña de la temporada anterior:

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